viernes, 18 de diciembre de 2009

Simplemente sucedió



Ocurrió la noche que me asaltaron. No quería estar sola. La noche pesaba demasiado para soportarla y la diminuta buhardilla de la calle Moratín se transformaba en un enorme espacio lleno de sombras y fantasmas.

Llamé a mi amigo para que me acompañara. Era eso, mi amigo, ningún superhéroe. Por eso te pidió que vinieras con él, para no deambular solo por las calles. Y al poco de llegar, se durmió. Que conste que para mí era suficiente: saberlo dormido, cerca, espantaba todos los temores.

En cambio, tú, un perfecto desconocido, dejaste de serlo en apenas un par de horas. En menos tiempo, probablemente. Hablamos, reímos, hablamos, fumamos, hablamos, cantamos, hablamos, nos miramos, hablamos, nos descubrimos… y seguimos hablando hasta la madrugada, hasta llegar a dar las gracias al atracador, que había propiciado el encuentro.

En un momento sonó esta canción, ¿nuestra canción? Y me la fuiste traduciendo, verso a verso. Y con ella fue naciendo la pasión que duró hasta que nos tuvimos que separar. Fueron meses felices, alegres, sin compromisos, ni promesas, ni proyectos (éramos demasiado jóvenes para complicarnos tanto)… pero siempre juntos.

No llegué a aprenderme tu apellido. Me bastaba tu nombre. No conocí a tu familia. Me bastabas tú. No pensaba en el futuro, me bastaba en el presente. Y sin saberlo estábamos construyendo lo que sería, y es, uno de los mejores recuerdos de mi vida. Mi historia con el “marqués de Piñuela”: noches de programas en radios pirata, noches de recorrer locales descubriendo nuevos grupos, noches de humo y caladas que nos hacían imaginar mundos mejores, noches de descubrir el significado de la palabra pasión… y amaneceres de risa.

La vida nos separó. Ni lo quisimos, ni lo decidimos, ni luchamos contra ello. Simplemente sucedió.

Igual que un cuchillo te arrebató la vida algunos años después.

--- xxx ---

Missing you (Extrañándote)
John Waite

Cada vez que pienso en ti, siempre me quedo atónito
Y yo sigo parado aquí, y tu estás a millas de distancia
Y me pregunto porqué te fuiste
Y hay una tormenta rabiando a través de mi
Congelado corazón esta noche

Escucho tu nombre en ciertos círculos,
Y siempre me hace sonreír
Paso el tiempo pensando en ti,
Y casi me vuelve loco
Y hay un corazón que se está quebrantando
En línea de larga distancia esta noche

No te extraño para nada desde que te has marchado
No te extraño, no importa lo que pueda decir

(...)

Y hay un mensaje que estoy enviando
Como un telegrama a tu alma
Y si no puedo tender un puente sobre la distancia
Detén esta sobrecarga de angustia

(...)

6 comentarios:

Titajú dijo...

¿Sabes lo que me gusta esas canción? en mi ipod suena muchas veces, porque tengo también la versión de Tina Turner.

Alís dijo...

Titajú: Bueno, todas las que pongo aquí me gustan (quizá haya excepciones), pero a esta le tengo un cariño especial. Un beso

TORO SALVAJE dijo...

Que pena.
Todo se acaba.
Lástima.

Besos.

Alís dijo...

Toro: No, no todo se acaban. Algunas cosas comienzan. Otras continúan...
Besos

Anónimo dijo...

Joo, Alís, que triste, pero cuando una puerta se cierra otra se abre. Yo creo que nada se acaba, sólo se transforma, ahora aquello que pudo ser, quizás no sería como te imaginas.
Un abrazo fuerte, si?

Alís dijo...

Mona lisa: La verdad es que nunca lo imaginé diferente, nunca pensé "y si hubiera...". Fue un buen final (el de la relación, no el suyo). Bendigo los finales que dejan buenos recuerdos. Bendigo las historias que saben terminar bien.
Un beso grande