lunes, 7 de diciembre de 2009

Presbicia del corazón



No aprendemos con los años. Más bien al contrario. No sé si cegados por la maraña de recuerdos, sueños incumplidos e ilusiones que se quedan en el camino, a menudo somos incapaces de reconocer al verdadero amor, al más bello y auténtico, ése que tenemos delante de nuestras narices, al alcance de la mano.
Nos empeñamos en hacer boicot a la felicidad, en no creer que hemos encontrado nuestro complemento, en ignorar que la vida nos mima manteniendo a esa persona a nuestro lado.
Esa falta de fe y confianza es una especie de presbicia del corazón que nos obliga a alejarnos de lo que amamos para apreciar la intensidad con que lo hacemos.
No soy inmune a ese mal. Tal vez tú tampoco. Nos hemos alejado, hemos acortado las caricias, dosificado los besos, distanciado las palabras de amor, renegado del calor de nuestros cuerpos, ignorado nuestras necesidades y cerrado los ojos al sentimiento.
Demasiado, hasta llegar casi a un punto sin retorno, hasta encontrarnos al borde del abismo, a punto de dar ahí un paso adelante…
Y pudimos ver el vacío. Pude ver y sentir, antes de adentrarme en él, el enorme vacío que sería la vida sin ti. Pude ver y sentir, antes de perderlo, que en ti tengo lo que soñé toda mi vida. Pude ver y sentir, antes de asolarlo, que en ti y junto a ti está mi lugar.
Quise entonces gritar. Quiero gritar todavía, a los cuatro vientos y sin atisbo de duda, dos palabras desenfocadas que recobraron la nitidez: TE AMO.

--- xxx ---

"Con los años que me quedan" (Gloria Estefan)

Sé que aún me queda una oportunidad.
Sé que aún no es tarde para recapacitar.
Sé que nuestro amor es verdadero.
Con los años que me quedan por vivir
demostraré cuanto te quiero.

Con los años que me quedan
yo viviré por darte amor
borrando cada dolor,
con besos llenos de pasión,
como te amé por vez primera.

Con los años que me quedan
te haré olvidar cualquier error.
No quise herirte, mi amor.
Sabes que eres mi adoración,
y lo serás mi vida entera.

7 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Si, la presbicia del corazón nos lleva a un punto sin retorno.
Por orgullo?
Por tozudez?
Y siempre es tarde.

Besos.

Alís dijo...

Torito, yo confío en que no siempre es tarde, pero es cierto que soy algo ingenua.
Besos

Pescador dijo...

...descubri que tambien tenemos presbicias entre los blogueros, no ser capaces de ver otros blog y descubrir la esencia de cada uno de ellos....Agradezco tu visita Alís, adquirí lentes nuevos para encantarme (o leer) los escritos de otros que tienen mucho que decir, especialmente los tuyos...Te he anexado, para seguir disfrutando de tus letras y desprebiciarme...Recibe un abrazo fraterno.

Alís dijo...

Gracias, Pescador. Por tu visita, por tus palabras y por tu afecto. Es un honor tenerte por aquí. Un abrazo también para ti.

TORO SALVAJE dijo...

Espero que para ti no sea tarde.

Besos.

Alís dijo...

Gracias, Toro. Estoy en la lucha porque así lo creo. Y para ti tampoco es tarde. Me gusta verte con esperanza.
Besos.

Anónimo dijo...

Chapó! A mí personalmente me parece uno de los peores errores que se puede cometer, o mejor dicho, haber cometido. Eso me pasa a mí, que mi corazón ve mejor de lejos que de cerca. Supongo que es que el tiempo pone muchas cosas en su sitio, y lo que no era cae por su propio peso y en el presente, "lo que no es"; el miedo, la defensa, las dudas no nos dejan verlo y, por tanto, no vemos lo que es. ¿Me explico, no?